Religión

El Evangelio de hoy 1 de Noviembre: “Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos“

Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 1-12

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les dijo: «Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos».

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN

Un factor muy importante de lectura e interpretación sería hacer el intento de traducir a un lenguaje de hoy el texto de las bienaventuranzas; teniendo en cuenta su sentido sapiencial y esa “opción” o “elección” que se nos ha planteado como necesaria. Debemos conservar las palabras del evangelio, de Mateo o de Lucas, si es posible en su tenor y en su sentido original.

Pero hoy debemos enriquecer nuestra comprensión de las mismas con el “espíritu” que emana de ellas. Es como cuando hemos vivido y atravesado un puente romano durante todo la vida, pero ahora, sin destruir ese puente, porque la ciudad ha crecido, hacemos uno nuevo, con tecnología de punta. Subsisten los dos, pero quizás por el romano no pueden pasar todos los vehículos pesados de hoy.

Hermanos, Los limpios de corazón son dichosos porque están abiertos a los demás y los valoran como hijos de Dios. La recomendación es que, seamos creativos y proféticos al interpretar las bienaventuranzas del Reino.