CulturaLado B

En bicicletas por las calles

La vida de los carteros es humilde y su experiencia de entregar cartas alegra la vida de las personas que las reciben. A diferencia de los policías no tienen que pelear y en México los carteros andan en bicicletas por las calles. Perciben la atmosfera de la ciudad, observan a los niños que juegan y tienen miedo de los perros que les ladran. Hace unos días encontré un libro titulado: Kafka y la muñeca viajera, de Jordi Sierra I Fabra. Aquí el escritor checo se transformaba imaginariamente en un cartero, todo para evitar el llanto de una niña que no encontraba a su muñeca.

Al verla llorar el supuesto cartero le comentaba que su muñeca no estaba perdida, sino se había ido de viaje y que él era el cartero de muñecas. Le decía que en su casa tenía la carta y la citaba al siguiente día para leérsela. Al otro día al leerle la carta, expresaba sus sentimientos y que se fue sin despedirse porque soñaba con viajar. Kafka pensaba que su responsabilidad era que la niña no sufriera el desapego. En las páginas la muñeca le va narrando sus aventuras por las ciudades. En la ilusión de la niña hay alegría y se sentía orgullosa, toda esa independencia era gracias a ella.

En las tardes leía las cartas, ahí la muñeca narraba como disfrutaba conocer Londres, caminar por el río de París y comer pizza en Venecia. Era tanta la emoción que la mamá descubre las epístolas y buscaba al escritor para confrontarlo. Realmente estaba haciendo un notable esfuerzo para hacerse pasar por el cartero de la muñeca. Era complejo dedicar su tiempo inventando historias. Finalmente, la señora se despide y le agradece su gentileza. En realidad, Kafka (1883-1924), sentía que estaba haciendo el mejor trabajo como escritor, ideaba cartas para hacer feliz a una niña. No le importaban las desveladas, buscaba que cada epístola tuviera detalles inolvidables.

En su última carta, la muñeca se despedía y el cartero se la entregaba en una caja. Adentro estaba una muñeca de porcelana con vestido rojo y la nota decía: “Elsi, te quiero mucho, gracias por darme la vida, y la libertad de vivirla. Sé feliz.” A los pocos meses muere de tuberculosis. KAFKA Y LA MUÑECA VIAJERA, DE JORDI SIERRA I FABRA, es un libro editado por Siruela. Con ilustraciones de Pep Montserrat. La obra cuenta con 133 páginas. Esta impresa en España en el año del 2015. En México los carteros recorren grandes distancias en la bicicleta y soportan las inclemencias del tiempo. Evitan que las cartas se dañen y cuando hay tormentas tienen que cuidarlas al doble. El sueldo apenas les alcanza para sobrevivir, hay días que reciben propinas y regalos. Leer a Kafka es sumergirte en la metamorfosis de un cartero y ese efecto es tan encantador como el atardecer del bosque.