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Ensalzar a las mujeres

Estaba en una librería de viejo de la calle Emilio Carranza de Saltillo, platique con el señor el librero y me recomendó un libro titulado Noventa Odas, de Horacio, debo confesar que solo había escuchado de ese escritor porque citaban sur versos en películas de Anthony Hopkins, sin investigar nada del poeta lo compre en treinta pesos.

Encontré en una cafetería el lugar perfecto para leer la obra, estaba solitaria e ideal para leer en silencio, así que no tuve distractor para ingresar en el mundo imaginario de Horacio, leía fragmentos y me ponía a pensar, la verdad que no comprendía algunas cosas y recurrí muchas veces al diccionario porque su lenguaje es de épocas antiguas, en ese tiempo (similar a la actualidad), se escribía sobre guerras y héroes.

Por lo que pude deducir al poeta Horacio le gustaba ensalzar a las mujeres, a ellas dirigía sus composiciones liricas, algo similar a lo que hizo Shakespeare con su Romeo y Julieta, también ahí entraría el idilio de Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, protagonistas de la película Titanic, esos romances un tanto absurdos pero que enseñan que el amor existe ya sea en la ficción o en la realidad.

La forma que tiene Horacio para describir sus poemas, claramente te trasladan a un paisaje en el mar, habla de los sonidos de las olas, la calidez del clima, mismos que hacen recordar las descripciones del poeta Friedrich Hölderlin, bardo alemán que aborda mismos temas, esos instantes que no volverán.

Horacio habla que en sus tiempos la vida nocturna era algo especial, se desvelaba (amaba las madrugadas), peculiar estilo de vida, hacer lo que amaba (escribir), y disfrutaba de la vida sencilla (beatus ille), de la grata compañía de amigos, hay que recordar que él era un filósofo que profesaba los principios del epicureísmo, esa vida que busca la felicidad en combinación de los placeres y tranquilidad para encontrar el equilibrio de los sentimientos.

Quinto Horacio Flaco era un escritor que escribía para dejar huella (carpe diem), abordaba los temas importantes del hombre, intentando con ello dejar un legado cultural que perdurará en el tiempo.

En sus poemas habla de lo dichoso que significa labrar la tierra para sembrar, alejado de la ciudad y de sus deudas, Horacio da entender que el poeta añoraba la dicha de disfrutar de la naturaleza rural, contemplar un atardecer en el campo, algo similar a lo que hacen los saltillenses que visitan el pueblo vecino de Arteaga.

Odas, de Horacio. Es un libro traducido al castellano por el profesor Bonifacio Chamorro, es una primera edición de la Colección Austral, cuenta con 168 páginas, impreso en Buenos Aires, Argentina. En el año de 1946.

Leer a Horacio significo algo especial, es en cierto modo un dialogo con un poeta de la antigüedad, podemos suponer que eso es anticuado pero no lo es, es una experiencia, una forma de conocer el pensamiento de los primeros poetas importantes de la humanidad, es una conversación con personas de otra época, conocer que disfrutaban hacer en sus tiempos de ocio, la libertad de pensamiento, algo similar a lo que hacen en Saltillo los amigos en las carnes asadas, en lo personal me quedo con sus temas de historia, sus críticas a Cleopatra y su benevolencia por no decir adulación hacia el emperador César Augusto.