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Las ciudades fantásticas

Las ciudades históricas cargan con un inolvidable pasado y con detalles que no pasan desapercibidos. El tiempo es el juez de la historia porque pone las cosas en su lugar. Verona cautivó y enamoró a Shakespeare. Es un emblema y tiene el sello de las ciudades medievales, esas que se amurallaban para protegerse de los vientos tempestuosos y de las invasiones bárbaras. Los escritores requieren de lugares históricos para inspirarse, Shakespeare pudo recorrer y dialogar con los lugareños de Verona.

Su Anfiteatro Romano, la puerta de Borsari y Leoni la vuelven un sitio interesante de conocer. Sus puentes de Piedra y Castelvecchio son arquitectónicamente majestuosos. Las leyendas enriquecieron la memoria del poeta que caminaba y se desviaba en cualquier vereda. Hoy es visitada por los turistas. Acuden al balcón de Julieta para tomarse la fotografía y sellar con un beso el amor. Más allá de eso está la leyenda de Verona que es encantadora. La casa de Julieta tiene cuatro pisos y en una hora la puedes recorrer. Tiene pinturas borrosas de la época y hay litografías de Shakespeare. El hogar tiene varias chimeneas, dando la impresión de que en ese tiempo los fríos eran intensos. Frente a la casa hay una tienda numismática y un monumento a Julieta. Cuentan que es de buena suerte tocar el seno de la escultura en bronce. La belleza de Verona es virtuosa por ser ideal para los aventureros. En ese sentido Shakespeare pudo escribir una de las mejores historias para los lectores. Imaginariamente en cada rincón se detenía a contemplar el paisaje y en ese instante del tiempo se ponía a escribir.

La Verona de Shakespeare no sólo tenía mujeres hermosas o balcones románticos, era un pueblo Romano que poseía riqueza natural. Tiene un río que se llama Adigio y en la antigüedad era visitado por Cayo Julio César (100-44 a. C.), se comentaba que disfrutaba pasar sus vacaciones en esa ciudad. Las ciudades fantásticas son concurridas por poetas y líderes de todos los lugares. Shakespeare no fue la excepción, visitó esa ciudad italiana y tuvo la osadía de redactar una de las mejores historias de amor.