¿Qué imágenes e ideas tiene el libro Visión de Anáhuac? Es una obra con llena de pensamientos del México antiguo, es un escrito bien realizado, reconstruye los vestigios de un pueblo esplendoroso. Es una mirada por la ventana hacia el universo ancestral, la contemplación hacia un mundo que fue luminoso como el oro, similar a Egipto y a los jardines de Babilonia.
Un diálogo imaginario con las crónicas de Bernal Díaz Castillo; un viaje con el tiempo y un encuentro con la trasparencia del aire, es decir, una cita con la herencia prehispánica. Puedes imaginarte lo que se vendía en las calles aztecas: oro, juguetes de metal y piedra, flores, hierbas medicinales, picantes, cantaros pintados, huevos de aves, ciruela, miel de maguey, pescado, águilas, halcones, gallinas, etc.
La flor de Anáhuac es un símbolo hermosísimo, idilio de tristeza y alegría, reunión de pájaros cantores, una fiesta de poesía en donde acuden bardos como John Keats e Ignacio Ramírez el Nigromante.
El maestro Emmanuel Carballo comenta que el escritor Alfonso Reyes era un tacaño para el uso del tiempo, aprovechaba los momentos de soledad para escribir de forma natural, algo similar a comer y beber.
Alfonso Reyes fue un lector de la literatura clásica, leyó al Quijote de Cervantes, La Divina Comedia de Dante, obras de Víctor Hugo, La Ilíada y Odisea de Homero, las hazañas de César, Napoleón y Alejandro Magno. Etc.
Perteneció al grupo Ateneo de la Juventud, “no creían en las cosas que creían los mayores”. Discutían y reflexionaban sobre filosofía y literatura, dichos debates derivaron en revistas y ensayos, participaban personajes como Pedro Henrique Ureña, José Vasconcelos, Julio Torri y Martín Luis Guzmán, entre otros.
El pasado 20 de abril del 2015 el escritor Mario Vargas Llosa recibió de parte del rector del Tecnológico de Monterrey la efigie del ilustre maestro Alfonso Reyes, gracias a su elocuente conferencia titulada “Víctor Hugo y mis pasiones literarias”.
Vargas Llosa comentó que la obra de Víctor Hugo (padre del romanticismo) es inacabada y después de Shakespeare es el libro que genera nuevas investigaciones, tardarías muchos años en terminar de leer al autor de “Los miserables”. Dimensionar la popularidad de Víctor Hugo en la actualidad es difícil, su proeza universal es comparable a Cristiano Ronaldo o Leonel Messi.
“Víctor Hugo tenía facilidad para escribir; en el caso de su vida personal, se matrimonio a los veinte años de edad y hasta esa edad era virgen, pero después de su boda, ese día le hizo nueve veces el amor a su mujer, seguramente tenía mucha pasión amorosa y así fueron sus días hasta el 22 de mayo de 1885 día de su muerte. Fue escritor, poeta, dramaturgo, político y dibujante. Charles Baudelaire admiraba la forma de dibujar de Víctor Hugo, expresaba que “su imaginación fluye en sus dibujos a tinta china”.
Víctor Hugo, Alfonso Reyes y Vargas Llosas son tres mosqueteros de espíritu crítico, soñadores e inventores, el emblema de sus obras representan sus motivos de vida: inspiración y fantasía de un mejor mundo.
Es importante reconocer y leer las obras de los escritores clásicos de la literatura universal, cada una de ellas contiene enseñanzas que permiten al ser humano fantasear y alegrarse, emular las grandezas de la imaginación y observar a través de la ventana del conocimiento.
Volviendo al maestro Alfonso Reyes es justo darle un reconocimiento a su vida y obra, la mejor forma es leer sus obras: “Visión de Anáhuac”, “Oración del 9 de febrero”, sus escritos sobre la Grecia Antigua, sus estudios a Góngora y Goethe.
Vivimos un mundo de protesta, excesos, pérdidas, traiciones, barbarie y licantropía; una de las formas de enfrentar dichas limitantes es vivir en una sociedad más humanista, más ilustrada en temas literarios y científicos, fomentar un espíritu de lucha en la sociedad; las generaciones de jóvenes deben desafiar sus ideales y sueños para la construcción de un mundo mejor.
