CulturaLado B

Otro fragmento de Ventanas Cervantinas

Su amistad se fue tejiendo y juntos le sonreían a la vida. Fueron sembrando esperanza en tierra fértil, la apariencia rural no importaba, en sus corazones ardía el alma alegre. No había autoridad en la tierra que les borrara las ilusiones. Su desenfado era contagioso, platicaban con un lenguaje de hace cuatro siglos y “Cuando a Roma fueres, haz lo que vieres”. Reflexión que invitaba a las personas a adaptarse a las costumbres de los lugares en que se encontraban. El don de la aventura era una cualidad que les permitía tomar decisiones más apegadas a la diversión que a la racionalidad.