Opinión

Ser Maestro, un orgullo sublime.

Durante los años mozos, veía en las películas y en la vida real, que alguien que quería mucho a su maestro, le regalaba una manzana con cariño y con respeto, la colocaba en el escritorio y en el recreo se la comía. Un día, ya siendo yo maestro, una alumna me regaló  una manzana roja y una sonrisa hermosa,ambas, la manzana y la sonrisa, las conservo en mi corazón, donde estarán hasta su último latido.

Saber leer y escribir es sin duda, un hecho maravilloso, conocer a través de la lectura lo que hay en la mente y a veces en el corazón de los seres que escriben, es, simplemente mágico. Esto lo podemos hacer gracias a los maestros,  mi reconocimiento enorme hoy en su día a esos seres extraordinarios que guían a los alumnos, que desde las aulas con su sabiduría los motivan a aprender, a debatir, a construir estrategias para comprender al mundo y transformarlo en uno más bello.

Hoy en día, muchos críticos hablarían de los contenidos curriculares y las estrategias pedagógicas que repercuten en los aprendizajes, y si, son fundamentales y requieren ser comentados, pero hoy y siempre debe priorizarse otro aspecto en la atención a los alumnos, me refiero al aspecto emocional de los estudiantes, ojo, en todos los niveles, con  niños, adolescentes y jóvenes, lo primero es conocer a la persona, no solo es el # 17 de la lista, o el que se sienta adelante, o el que trae lentes, no, no, es un ser humano que tiene emociones, temores, sueños, problemas, etc. No hay método ni estrategia que brinde mejores resultados en los alumnos tanto para el éxito académico como para lo más importante, para el éxito  en la vida, que anteponer a toda acción didáctica, el amor pedagógico, el respeto al origen, a la realidad y a los sueños de cada niño, adolescente y joven que acude a las escuelas. Al respecto y desde ya hace muchísimos años, José Marti decía a los maestros cubanos: “ He ahí , pues, lo que han de llevar los maestros por los campos. No sólo explicaciones agrícolas e instrumentos mecánicos, sino la ternura, que hace tanta falta y tanto bien a los hombres”.

Los maestros en nuestro país ejercen su profesión día  a día con pasión, con ternura y con sabiduría, saben que tienen la responsabilidad más grande de sus vidas, educar a los habitantes de esta gran nación, formar ciudadanos que amen a su Patria, los cuales el día de mañana serán profesionistas, hombres y mujeres que tendrán la misión de interactuar con el mundo para transformarse recíprocamente.

Quizá, estimados  y respetables maestros nunca vuelvan a encontrarse a algún ex alumno, pero ustedes, nunca serán olvidados, estarán perennemente en el corazón de sus alumnos, y, lo más importante, están y estarán presentes en sus actitudes, en sus hazañas, en sus valores, en sus buenos hábitos, en su lucha por alcanzar sus sueños , al alcanzarlos e ir por otros, cuando resuelvan exitosamente un problema, cuando estén inmensamente felices porque lograron algo inimaginable, cuando rían, cuando lloren, si, siempre que vivan y cuando mueran . ustedes, loables maestros, siempre serán trascendentes e inolvidables durante el caminar de esos seres humanos que pasaron por sus aulas. Señalaba sobre ello Henry Adams lo siguiente: “ El maestro deja huella para la eternidad, nunca puede decirse cuándo se detiene su influencia”.

Ser maestro es un orgullo sublime. El éxito para  triunfar como maestro, es amar profundamente  esta profesión , trabajar con pasión, ternura, nobleza y responsabilidad, ser un maestro en el aula, pero también fuera de ella , ser maestro y ejemplo las  24 horas de cada día.

Felicidades a todos los maestros de Coahuila y de México!!!

Eduquen con el corazón a sus alumnos, solo así tendremos una sociedad integrada por seres felices. La felicidad no solo es magia, sino, debe ser el objetivo rector del ser humano.

“Estoy en deuda con mi padre por vivir, pero con mi maestro por vivir bien “. Alejandro Magno.
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