Abrió sus ojos y contempló su nada,
Sin embargo, comenzó a mover sus labios;
Pero la vida y los hechos estaban en su pensamiento,
Y cantó de amor.
Así que cantaron hasta que sus ojos se encontraron,
Y se desvaneció el miedo y la vergüenza;
Más audaz él creció, ella más dulce,
Hasta que cantaron lo mismo.
Hasta que, dijeron quienes conocen la historia,
Sus labios se besaron,
Y la pena se tendió en cama con la primavera
Y engendró una felicidad terrenal.
W.M.
Cinco años, uno al pie del otro. Sosteniéndonos, mientras miramos al futuro. Juntos.
Tags:poeta Miguel Gómez