A quién no le gusta una buena salsa pesto con pasta o unos espaguetis vegetarianos con albahaca, tomate y queso para un día caluroso o cuando se quiere comer sabroso y sin tantas calorías, todos estos platos tienen como estrella a la albahaca.
La albahaca es una hierba súper aromática y llena de sabor, vitaminas y minerales, pero también de hojas tan finas como el papel de seda y, por lo tanto súper delicada para conservar, ya que suele marchitarse demasiado rápido en la nevera o fuera de ella.
Hoy te traemos 3 técnicas infalibles para que tu albahaca te dure mucho tiempo, incluso meses, y tan fresca como la compraste el primer día.
En agua: La albahaca es una planta como cualquier otra, así que cuando la compres puedes conservarla como si de flores de tratara. Sólo lávalas e introduce en un frasco de vidrio con agua las raíces. Consérvala fuera de la nevera y en un lugar donde no le dé el sol de lleno. Podrás tenerla fresca y al alcance de tu mano hasta por dos semanas.
En aceite: Muele varias hojas de albahaca con aceite y una pizca de sal. Introduce esta mezcla en un recipiente hermético y puedes tenerla todo el año en la nevera sin temor a que se te dañe.
Congeladas: Saca las hojas de albahaca con mucho cuidado y lávalas bien. Sécalas con una toalla de papel absorbente y mételas en bolsas de plástico cerradas. Cuando necesites, saca una de las bolsitas y deja que se vayan descongelando poco a poco.