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Isabel II vuelve a su casa para ser despedida

El miércoles por la tarde, los restos de la reina fueron trasladados al Palacio de Westminster en una carroza de la Real Tropa de Artillería a Caballo del Rey, en una procesión fúnebre encabezada por el rey Carolos III, su hijo

Londres, Inglaterra. – (Agencias) La reina Isabel II ha vuelto a casa. El féretro con los restos mortales de la reina de Inglaterra llegó el martes a Londres a través de un vuelo especial que había partido de Edimburgo, la capital escocesa, acompañados por su hija, la princesa Ana, y fueron trasladados a su residencia oficial, el palacio de Buckingham.

A través de su recorrido por las calles de Londres, la carrosa fúnebre fue acompañada por una multitud que guardaba silencio bajo una pertinaz lluvia. Cientos de personas esperaban a la puerta de Buckingham para darle el último adiós, con sentimientos mezclados de tristeza y emoción.

El ataúd de la reina Isabel II llega al Palacio de Buckingham el martes en la noche

Dentro del Palacio esperaba el rey Carlos III y su reina consorte, Camila, tras su regreso de Irlanda del Norte, en el marco de su gira por las regiones del Reino Unido.  

El miércoles por la tarde, los restos de la reina fueron trasladados al Palacio de Westminster en una carroza de la Real Tropa de Artillería a Caballo del Rey, en una procesión fúnebre encabezada por el rey Carolos III, su hijo. Mientras miles de personas hacían cola para presentar sus últimos respetos, el Big Ben sonaba cada minuto y el rey Carlos y sus hermanos, la princesa real, el duque de York y el conde de Wessex, caminaban siguiendo la parte trasera del ataúd, seguidos por el Príncipe de Gales, el Duque de Sussex y Peter Phillips, el hijo de la Princesa Real.

El ataúd de roble con los restos de la reina fue puesto en un catafalco elevado en el centro de la sala. Después de un servicio precedido por el Obispo de Canterbury, la guardia y oficiales resguardan el féretro. Los restos de la reina permanecerán en el Palacio de Westminster hasta el próximo lunes, cuando se celebrarán las exequias de Estado en la abadía de Westminster. Isabel II será enterrada en la capilla de Saint George del castillo de Windsor, junto a su esposo, el príncipe Felipe.

A la ceremonia asistieron la primera ministra, Liz Truss: el líder laborista, Keir Starmer, así como, los lideres de otros partidos políticos y altos comisionados de los reinos en que Isabel II era la Jefa de Estado. La multitud se alineaba a través de The Mall, la calle entre el Palacio de Buckingham al oeste y Trafalgar Square, pasando junto a Horse Guard y a lo largo de Whitehall hasta Parliament Square, en una procesión de 38 minutos desde el Palacio de Buckingham, residencia de la reina Isabel II en Londres desde 1953, llenas de banderas del Reino Unido. El aeropuerto de Heathrow retrasó los vuelos para “garantizar el silencio sobre el centro de Londres”.

La Real Tropa de Artillería a Caballo del Rey disparo las salvas desde Hyde Park, mientras 10 portadores del féretro, antiguos palafreneros de servicio de la reina flanqueaban el ataúd que estaba cubierto con el estandarte real sobre el cual se colocó un cojín de terciopelo negro donde posaba la corona del estado imperial, hecha para la coronación del rey Jorge VI en 1937. Contiene 2,868 diamantes y un zafiro engastado en una cruz en lo más alto, que se dice fue descubierta en 1163 en la tumba de Eduardo el Confesor, el último rey anglosajón de Inglaterra.

Las bandas de los Escoceses y Grenadier Guards tocaron marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn, Chopin y Panne. El ritmo se golpeó en un tambor amortiguado cubierto de negro a 75 pasos por minuto. El público ha desfilado desde el miércoles por la tarde a expresar sus condolencias frente al ataúd y podrá hacerlo hasta el lunes en que se celebrarán las exequias de Isabel II en la abadía de Westminster.

A las 5 de la tarde, cuando los primeros miembros del público entraron en Westminster, la fila serpenteaba de regreso a través de la capital durante unos 5 km, cruzando el Támesis y extendiéndose hasta el Puente de Londres. Pero una vez que llegó el ataúd, y más tarde, cuando el primero de la fila entró en el silencio a Westminster, el estado de ánimo cambió notablemente. Algunos habían esperado dos días por este momento, soportando la lluvia y luego el sol, estrictas medidas de seguridad y saltos de cola autorizados oficialmente por los parlamentarios.

Con un silencio reverencial, bajaron poco a poco los escalones del recinto del Siglo XI paran presentar sus respetos a la reina, muchos de ellos con las muñequeras amarillas que señalaba el lugar que ocuparon en la fila. Después de la larga espera, tardaron poco más de tres minutos en desfilar frente al ataúd, colocado sobre un catafalco revestido de púrpura.

Cinco millones de personas en todo el mundo siguieron en línea la ruta del vuelo de la Royal Air Force que transportaba el ataúd de la Reina desde Edimburgo a Londres el martes, según Flightradar24, un sitio web de seguimiento.