Lado B

Katya Echazarreta, primera mexicana en ir al espacio

Oriunda de Guadalajara pero toda su vida la paso ente Tijuana y San Diego, donde finalmente se estableció.

«Pasamos muchos, muchos años en San Diego. Pero fue especialmente difícil para mi familia, para mis papás y mis hermanos, estar tan lejos y no poder ver a abuelos, tíos, primos. Éramos los únicos que estábamos en Estados Unidos», recuerda.

Sus estudios de Ingeniera eléctrica los curso entre un colegio comunitario y y después continuó en la prestigiosa Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

Continuó como pasante en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en la NASA en donde le ofrecieron un puesto de tiempo completo.

Relata que no fue fácil lograr sus sueños «No teníamos dinero, no teníamos dónde vivir, yo era la única que tenía trabajo. Mis papás se acababan de separar», explica.

«Lo único que me ayudaba a salir adelante y a continuar era saber que el Universo es tan grande y nosotros somos tan chiquitos. Estamos en este planeta y somos tan chiquitos. Todas las cosas buenas y malas que hayan pasado están en este planeta. Y aunque algo parezca grande o imposible, cuando lo ves desde esa perspectiva es muy chiquito».

Fue en 2019 que se interesó en un programa de la organización sin fines de lucro Space for Humanity (S4H) para llevar a gente común al espacio para experimentar el llamado «efecto perspectiva».

Llamado en inglés overview effect, es un cambio de consciencia que han experimentado astronautas al contemplar el planeta desde el espacio y que los inspira a buscar soluciones a los problemas de la humanidad.

«Solicité en 2019 sin tener respuesta, nada, nada, nada, durante un año. Y luego me mandaron un correo de que era semifinalista», explica Echazarreta.

Pensó que era algo poco probable, que era solo una entre cientos o miles, pero la lista se fue acortando: la joven fue la elegida entre 7.000 aspirantes y es la primera persona que obtiene un pasaje al espacio por S4H, el cual es financiado por los otras personas (muchos de ellos empresarios) que han reservado un asiento en las cápsulas de Blue Origin.

«Después de contestar la última pregunta fue cuando me dieron la noticia. Empecé a llorar y lo primero que dije fue algo de mi mamá», explica la joven.

La emocionante reacción de ambas al recibir la noticia ha sido un momento único.

«Usa mi experiencia» Volar al espacio requiere de un buen entrenamiento

La joven mexicana ya había experimentado pruebas de fuerza g, microgravedad, pérdida de oxígeno y cómo reaccionar a situaciones críticas.

«Sí es muy pesado y sí es muy difícil», reconoce.

Pero tener en la mente cuál es el objetivo final es lo que la ha llevado a salir adelante.

«La razón número uno para mí es que el espacio siempre me ha ayudado en todo. Es algo que siempre ha estado constante para mí, durante mis momentos más difíciles. Siento una conexión con el espacio exterior que es el fin del ciclo poder verlo con mis propios ojos».

Y más allá de su realización personal, Echazarreta busca que a nadie, en especial a las niñas y mujeres, sientan que tienen algún límite a sus sueños solo porque alguien más lo diga.

Por eso les dice: «Si tú tienes este sueño, que si quieres hacer lo mismo que yo, tú puedes».

«Usa mi experiencia como esa señal que necesitabas para seguir adelante. ¡Tú puedes!» .