Lado B

Las 5 razones que hicieron que la variante Ómicron sea una tormenta perfecta

Desde noviembre pasado, más personas fueron afectadas por la infección con la variante Ómicron del coronavirus, que fue detectada en África en primer lugar. Esa variante ya se propagó en 171 países con una velocidad superior a las variantes anteriores y produjo una explosión de casos en cada ciudad donde llegó a través de viajeros. Hay al menos 5 razones que explican por qué la variante Ómicron llevó a la humanidad a una tormenta perfecta.

Hasta hoy se han registrado más de 349 millones de casos confirmados de personas con el COVID-19 en el mundo y más de 5,5 millones de muertes, aunque se sabe que hay un subreporte y los contagios serían muchos más. La circulación rápida de la variante Ómicron generó desde noviembre desbordes en los centros de testeos y graves problemas de ausentismo laboral por la cantidad de afectados o por la cuarentena de los contactos estrechos.

Según resultados de investigaciones científicas, el avance de la variante Ómicron redujo la eficacia de algunos medicamentos que ya habían sido autorizados para uso de emergencia en COVID-19 y obligó a las autoridades sanitarias a replantearse los criterios de diagnóstico y los aislamientos. Además, dejó al descubierto que todavía sigue vigente la barrera entre los que acceden y los que se quedan afuera de una vacunación efectiva y segura para prevenir complicaciones y muertes por el COVID-19.

“La tormenta perfecta se fue armando porque se combinaron la insuficiente vacunación a nivel global y la relajación muy prematura de los cuidados sanitarios”, señaló a Infobae Víctor Romanowski, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología. El impacto de Ómicron durante el último mes según el experto está relacionada a que “no hubo una vacunación realmente efectiva a nivel global por la inequidad en la distribución, las dudas en vacunarse en algunos sectores de la población y por la sensación de algunos que piensan que la infección no les va a tocar. En esas condiciones hay una circulación de virus mucho mayor que si se hubiese vacunado al 90% de la población mundial”.

La vacunación no es todo según Romanowski: “Es necesario combinar esa estrategia que claramente tuvo resultados muy positivos con el mantenimiento de los cuidados y no engañarse con la idea de que la pandemia ya pasó”.El riesgo global de contagiarse hoy la variante Ómicron es “muy alto”. No se puede considerar "leve" porque también aumentaron las hospitalizaciones y las muertes ( REUTERS/Dado Ruvic)El riesgo global de contagiarse hoy la variante Ómicron es “muy alto”. No se puede considerar «leve» porque también aumentaron las hospitalizaciones y las muertes ( REUTERS/Dado Ruvic)

El riesgo global de contagiarse hoy la variante Ómicron es “muy alto”, según la última evaluación de riesgo que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS. Aquí van las 5 razones que contribuyeron a que el 20% de los casos confirmados de COVID-19 desde el inicio de la pandemia en el mundo se hayan reportado en el último mes:

1- Ómicron es una variante diferente a todas las anteriores

La variante de preocupación tiene una ventaja de crecimiento significativa sobre la variante Delta, que se había identificado en octubre de 2020 en la India y predominó en el mundo entre febrero y noviembre pasado. Esa ventaja de Ómicron llevó a su rápida propagación en la comunidad con niveles de incidencia más altos que los que se habían observado antes.

A pesar de que el riesgo de enfermedad grave y de muerte tras la infección es menor que el de las variantes anteriores, los expertos de OMS y las autoridades nacionales han advertido que los altísimos niveles de transmisión de Ómicron dan lugar a un aumento significativo de las hospitalizaciones. Esto repercute en provocar exigencias abrumadoras para los centros de salud y los hospitales y pueden causar una morbilidad significativa, especialmente en las poblaciones vulnerables.África es el continente más afectado por la falta de acceso a la vacunación y donde se detectó la variante Ómicron/REUTERS/Luc GnagoÁfrica es el continente más afectado por la falta de acceso a la vacunación y donde se detectó la variante Ómicron/REUTERS/Luc Gnago

2- Persiste la desigualdad en el acceso a las vacunas

Hay 9 vacunas contra el COVID-19 que han sido autorizadas en el mundo para uso de emergencia. Esos inoculantes fueron desarrollados en tiempo récord y se evaluaron siguiendo las fases comunes de los ensayos clínicos que demostraron su alta eficacia y seguridad. Pero el problema es que las dosis de vacunas no han estado disponibles para todo el mundo: el 47% de la población mundial aún no recibió el esquema completo de vacunación.

En los meses previos a la propagación de la variante Ómicron también existía esa brecha, que afecta más al continente africano y a países de América Latina, como Bolivia, Venezuela y Honduras. Esa brecha de la equidad favoreció que la variante encontrara más personas susceptibles de adquirir la infección y transmitirla a otros. Hoy menos del 10% de la población de países de bajos ingresos recibió al menos una dosis de vacuna.

Madhukar Pai, investigador en epidemiología y salud global de la Universidad McGill de Canadá, sostuvo que “la ciencia ha desarrollado vacunas asombrosas. Hay test caseros, respirados y píldora antivirales contra el COVID-19. Pero la solidaridad global fue un fracaso enorme”. En su cuenta en Twitter, el especialista comentó: “Tenemos que informarnos sobre la falta de equidad en las vacunas y sobre por qué no podemos seguir jugando a las vacunas con las variantes”.Los vacunados pueden contagiarse y contagiar el coronavirus. Aunque el inoculante les da más protección contra la enfermedad grave (Photo by Win McNamee/Getty Images)Los vacunados pueden contagiarse y contagiar el coronavirus. Aunque el inoculante les da más protección contra la enfermedad grave (Photo by Win McNamee/Getty Images)

3- Los vacunados también pueden contagiarse

En países con alta tasa de vacunación contra el COVID-19 también hubo aumentos bruscos por el avance de Ómicron. Uno de los factores es que aún persistían grupos de personas -especialmente jóvenes y niños- sin inmunizar. Hay países como Estados Unidos, Suiza y México que en diciembre pasado aún tenían más del 30% de la población sin el esquema completo. Si bien las dosis están disponibles, hay renuencia de personas a aplicarse las dosis, y esto favorece que se contagien y que a su vez transmitan las enfermedad a otras, incluso a las que ya están vacunadas.

Está demostrado que las vacunas reducen el riesgo de infección, pero su protección no llega al 100%. Entonces algunas personas ya inmunizadas pueden contraer el coronavirus. Consultada por Infobae la embajadora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la respuesta al COVID-19, Mirta Roses, comentó: “Los vacunados pueden igualmente infectarse y trasmitir el coronavirus. Por eso las medidas de prevención y protección individual y social, como el uso del barbijo o mascarilla, la ventilación cruzada, y el distanciamiento, deben mantenerse en esta etapa con predominio de la variante Ómicron”, dijo Roses.

El riesgo de desarrollar enfermedad grave es menor en vacunados que en personas que aún no están inmunizadas. En los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, se hizo un estudio con 1.228.664 personas que habían completado la vacunación primaria durante diciembre de 2020 y octubre de 2021.

Los investigadores de los CDC encontraron que los casos graves asociados al COVID-19 (0,015%) o la muerte (0,0033%) fueron raros. Los factores de riesgo para los resultados graves incluyeron tener más de 65 años, estar inmunocomprometido y otras seis condiciones subyacentes. Todas las personas con resultados graves tenían al menos un factor de riesgo.

En la Argentina, según informó días atrás la Ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, “en mayores de 50 años sin vacunar, la mortalidad fue de 233 por millón de habitantes. En cambio, en personas ya inmunizadas con el esquema completo del mismo grupo de edad, la mortalidad fue de 36 por millón de habitantes.La circulación de la variante Ómicron planteó la necesidad de que más personas accedan a la dosis de refuerzo para una mejor protección/REUTERS/Michele TantussiLa circulación de la variante Ómicron planteó la necesidad de que más personas accedan a la dosis de refuerzo para una mejor protección/REUTERS/Michele Tantussi

4- Las dos dosis pueden no ser suficientes contra Ómicron

Con la aparición de la variante de preocupación Ómicron, también creció el riesgo de que las personas se reinfecten con más frecuencia. En España, se descubrió que las reinfecciones en diciembre pasado eran más que las que ocurrieron desde el inicio de la pandemia en 2020.

Un estudio del Instituto Carlos III (ISCIII) de España evaluó la situación epidemiológica. Según los últimos datos publicados, en 15 días se registraron 20.890 reinfecciones. La cifra significa un aumento si se compara con el registro desde el inicio de la pandemia hasta el 22 diciembre de 2021: 17.140.

Ante el riesgo de infectarse contra el COVID-19 con la variante Ómicron, el acceso al esquema primario de vacunación y a la dosis de refuerzo se volvieron claves. Según un estudio realizado por los CDC, los adultos no inmunizados tienen 5 veces más riesgo de contagiarse que una persona que recibió la dosis de refuerzo.

Otro trabajo realizado por los CDC también demostró que las personas con tres dosis tenían menos probabilidades de infectarse con Ómicron. Al observar datos de 25 departamentos de salud estatales y locales, se encontró que entre quienes recibieron el refuerzo, hubo 149 casos por cada 100.000 personas en promedio cada semana. Para los que solo tienen dos dosis, esa cifra aumentó a 255 casos por cada 100.000 personas. “Creo que tenemos que redefinir la vacunación completa como tres dosis”, sostuvo el doctor William Schaffner, asesor de vacunas de los CDC y quien no participó en los estudios, según informó la cadena CNN.

De acuerdo a la OMS, también hay pruebas de la reducción significativa de los títulos neutralizantes contra Ómicron en personas que ya habían recibido el esquema primario de vacunación. Sin embargo, el acceso a la dosis de refuerzo aún es limitado. En el mundo, solo el 12% de la población accedió a la tercera dosis. Chile, Malta e Islandia son los países que más aplicaron la tercera dosis en su población: alcanzaron a más del 62%. En la Argentina, el 76% de la población tiene el esquema primario, y el 25% ya tiene la tercera dosis.

“Está claro que las dosis de refuerzo -señaló el doctor Romanowksi- tienen un efecto mejorador de la respuesta que es significativo frente a variantes como Ómicron. Pero las decisiones en el mundo no se tomaron con suficiente rapidez o la población no acudió masivamente a recibir ese refuerzo. De todos modos, resulta claro que si bien las dos dosis de vacunas no son igualmente efectivas frente a Ómicron, la mayor parte de los internados en unidad de terapia intensiva y los fallecidos tienen hoy el esquema de vacunación incompleto o no están vacunados.Algunos anticuerpos monoclonales reducen su eficacia cuando la persona tiene la infección con Ómicron/REUTERS/Shannon Stapleton/ArchivoAlgunos anticuerpos monoclonales reducen su eficacia cuando la persona tiene la infección con Ómicron/REUTERS/Shannon Stapleton/Archivo

5- El impacto de Ómicron redujo la eficacia de algunos tratamientos

Se habían evaluado más de 170 opciones terapéuticas potenciales y muy pocas han resultado eficaces y seguras contra el COVID-19. Por sus características genéticas, ahora se ha encontrado que no todos los tratamientos disponibles contra el COVID-19 pueden ser efectivos si una persona se contagia la infección por Ómicron. “Las intervenciones terapéuticas para el tratamiento de pacientes con COVID-19 grave o crítico asociado a Ómicron que se dirigen a las respuestas del huésped (como los corticosteroides y los bloqueadores del receptor de interleucina 6) sigan siendo eficaces”, aclaró la OMS.

“Sin embargo, -advirtió- los datos preliminares de publicaciones no revisadas por pares sugieren que algunos de los anticuerpos monoclonales desarrollados contra el SARS-CoV-2 pueden tener una neutralización reducida contra el Ómicron. Los anticuerpos monoclonales tendrán que ser probados individualmente en cuanto a su unión al antígeno y a la neutralización del virus, y estos estudios deberían ser prioritarios”. En cambio, afirmó la OMS, los datos preliminares in vitro sugieren que los medicamentos antivirales conservan su actividad contra el Ómicron.

Ayer lunes la autoridad regulatoria de medicamentos de Estados Unidos -conocida por sus iniciales como FDA- anunció que había revisado las autorizaciones de dos tratamientos con anticuerpos monoclonales -bamlanivimab y etesevimab (administrados conjuntamente) y REGEN-COV (casirivimab e imdevimab)- y limitó su uso únicamente cuando sea probable que el paciente haya estado infectado o expuesto a una variante susceptible a estos tratamientos.

“Debido a que los datos muestran que es muy poco probable que estos tratamientos sean activos contra la variante Ómicron, que circula con una frecuencia muy alta en los Estados Unidos, estos tratamientos no están autorizados para su uso en ningún estado, territorio o jurisdicción de los Estados Unidos en este momento. En el futuro, si es probable que los pacientes de determinadas regiones geográficas estén infectados o expuestos a una variante que sea susceptible a estos tratamientos, el uso de estos tratamientos podría autorizarse en estas regiones”, informó la FDA en un comunicado.

De acuerdo con la doctora Roses, hubo diferentes factores que contribuyeron a la propagación masiva de la variante Ómicron por el mundo. “Es una variante más trasmisible. Tiene un menor tiempo incubación en cada persona que se contagia. Afecta más el tracto respiratorio superior en lugar del tracto respiratorio inferior. Hay más personas sin síntomas con la infección pero que pueden contagiar”, afirmó la experta. “Ómicron tiene más capacidad de evadir inmunidad tanto por infección previa como por la vacunación baja”, agregó.

Esas particularidades de la variante hacen que haya más casos de infectados en números brutos y más personas que requieran internación y muertes. Se suma que hay más personal esencial afectado y se generen problemas en todos los servicios. Al haber más personas contagiadas que pueden contagiar -advirtió Roses- hay “una mayor posibilidad de que aparezcan nuevas variantes y se desconoce cómo sería su comportamiento”.