Lado B

Vivir en pareja: ¿es posible estar de acuerdo en todo?

Vivir en pareja es una hermosa aventura no exenta de dificultades. Una gran oportunidad de crecimiento que depende de la actitud de sus integrantes. No es un tema de “pareja” (¡como si la “pareja” fuera una entidad externa y extraña!) sino de las personas que la componen. Lo que ocurre entre dos nunca es responsabilidad de uno solo. Si uno de los dos quiere comunicarse y el otro no, será imposible construir una relación.

En un vínculo amoroso, todo lo que no suma, resta. Siempre es mejor refuerzos que esfuerzos. Nada es poco en el amor. Y ese aporte no es individual, no puede depender de los esfuerzos de uno solo, sino de la voluntad y el compromiso de ambos. Es por ello que cada uno debe “sumar” y “multiplicar” valor al vínculo. Aportamos lo que somos, lo que hacemos y lo que tenemos para crecer y potenciarnos el uno al otro.

Si anhelamos una relación madura, estimulante y creativa, donde nos sintamos amados y respetados, necesitamos saber relacionarnos, comunicarnos, respetuosa y responsablemente.

Partimos de la base que cada uno de nosotros tiene su propia visión del mundo. Nos hacemos un “mapa mental” de lo que es la vida, de quién somos y cómo somos, nosotros y los otros. Pero esa visión es nuestra representación de la realidad, no es la realidad.

Uno de los postulados centrales de la Programación Neurolingüística sostiene que “el mapa no es el territorio”. ¿Qué significa esto? Que no tenemos un acceso directo a la realidad en sí, sino que nos formamos representaciones de la misma y nos movemos en la vida a través de ellas. Es decir que cada experiencia que vivimos es traducida y codificada por nuestro mapa mental construyendo una representación. Esa representación no es la realidad, sino que es la forma que cada persona tiene de ver la realidad. Así es como comprendemos porqué dos personas pueden mirar lo mismo, disentir y sin embargo ambas estar en lo cierto.Así es como comprendemos que cuando “yo digo lo que digo, vos escuchás lo que escuchás”. Entonces, en lugar de reprochar: “vos dijiste que…” sostener: “yo escuché que vos…”. Esto permite que el otro nos confirme o no esa escuchaAsí es como comprendemos que cuando “yo digo lo que digo, vos escuchás lo que escuchás”. Entonces, en lugar de reprochar: “vos dijiste que…” sostener: “yo escuché que vos…”. Esto permite que el otro nos confirme o no esa escucha

Por eso es mejor sostener“éste es mi punto de vista”, “así es como yo lo veo” en lugar de “tengo razón” o “no es como decís”Que sea una práctica diaria hasta convertirse en algo natural, ponerse en el lugar del otro y procurar ver y entender las cosas como el otro las ve y las entiende.

Así es como comprendemos que cuando “yo digo lo que digo, vos escuchás lo que escuchás”. Entonces, en lugar de reprochar: “vos dijiste que…” sostener: “yo escuché que vos…”.Esto permite que el otro nos confirme o no esa escucha.

El significado es más que los acontecimientos. El significado no está en los acontecimientos; somos nosotros, a través de lo que decimos y nos decimos, quienes les atribuimos el significado. Son nuestras interpretaciones las que generan nuestras creencias; nuestras creencias las que determinan nuestras actitudes; nuestras actitudes las que determinan nuestras acciones; nuestras acciones las que determinan nuestros resultados.

Amor es un sustantivo, amar es un verbo, necesita de la voluntad de ambosEs una construcción. La comunicación en la pareja no sucede de casualidad, no es algo que se encuentra, es algo que se construye. Se practica diariamente. Es una conquista.

Comunicarse en la pareja no es cuestión de decir las cosas “como lo siento”. Seamos conscientes de que nuestras palabras generan un impacto ecológico, inciden en el clima emocional de la relación. No podemos desahogarnos o descargarnos sin considerar las consecuencias que esto acarrea; el contexto y las formas pesan más que el contenido.

Una mala comunicación es peor que la no comunicación. No significa por ello dejar de expresar pensamientos o sentimientos, sino hacerlo desde el amor y el respeto.

Comunicarse en la pareja necesita de la correcta disposición de ambas partes, una escucha atenta, empática, sin juicios previos. Al compartir lo que sentimos sin miedo a ser juzgados, nos sentimos respetados y la relación se fortalece.Volviendo a la pregunta inicial “¿es posible estar de acuerdo en todo?”… Reformulo la pregunta: “¿es necesario estar de acuerdo en todo o es necesario estar de acuerdo en que podemos estar en desacuerdo?”Volviendo a la pregunta inicial “¿es posible estar de acuerdo en todo?”… Reformulo la pregunta: “¿es necesario estar de acuerdo en todo o es necesario estar de acuerdo en que podemos estar en desacuerdo?”

Volviendo a la pregunta inicial“¿es posible estar de acuerdo en todo?”… Reformulo la pregunta: “¿es necesario estar de acuerdo en todo o es necesario estar de acuerdo en que podemos estar en desacuerdo?”

Nuestra pareja es quien es, no quien queremos que sea. Somos diferentes. Son nuestras diferencias las que nos enriquecen y se convierten en el desafío de nuestra construcción como pareja. Somos dos personas autónomas y enteras, no necesitamos pensar igual. Autonomía no significa individualismo; el otro no nos completa, nos acompaña.

Es preciso saber que hay un espacio llamado “yo”, un espacio llamado “tú” y un espacio llamado “nosotros” y que en cada uno de esos espacios habrá coincidencias y habrá disidencias. Si clarificamos esos límites, la relación tendrá más puentes que barreras.

Samuel Stamateas es coach ontológico y ejecutivo. Escritor de “Lidera tu vida”, “Tu propósito es la clave”, “Quiero, puedo y merezco prosperar” y “21 hábitos para una vida plena”. Director General Liderazgo EnFoCo y Co-Director de la Escuela Internacional de Líder Coach Profesional