Nueva York, Nueva York. – (Agencias) El mundo está en «gran peligro», advierte el Secretario General de la ONU. Bajo la sombra de la guerra en Ucrania, las crisis alimentaria y energética, el impacto persistente de la pandemia de coronavirus y la emergencia climática, los líderes mundiales se han reunido en Nueva York para la Asamblea General de las Naciones Unidas. Durante seis días expresarán sus opiniones sobre los desafíos de la comunidad internacional.
El pesimismo ha marcado el discurso de apertura de António Guterres: «No nos hagamos ilusiones. Nos encontramos en aguas turbulentas. Se avecina un invierno de descontento mundial. La crisis del coste de la vida está estallando, la confianza se desmorona, las desigualdades crecen y nuestro planeta arde. La gente está sufriendo y los más vulnerables son los que más sufren. La Carta de las Naciones Unidas y los ideales que representa están en peligro. Tenemos el deber de actuar y, sin embargo, estamos atascados en una disfunción global colosal», ha advertido el secretario general de la ONU.
También habló contra los grandes contaminadores. Dijo que los países deberían imponer impuestos sobre las ganancias inesperadas a las empresas de combustibles fósiles y desviar el dinero a las naciones vulnerables que sufren pérdidas cada vez mayores por la crisis climática.
António Guterres dijo que “los que contaminan deben pagar” por el daño creciente causado por las olas de calor, las inundaciones, la sequía y otros impactos climáticos, y exigió que “ya era hora de avisar a los productores, inversionistas y facilitadores de combustibles fósiles”.
“Hoy hago un llamado a todas las economías desarrolladas para que graven las ganancias extraordinarias de las empresas de combustibles fósiles”, dijo Guterres en un discurso ante la asamblea general de la ONU el martes. “Esos fondos deben redirigirse de dos maneras: a los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática y a las personas que luchan contra el aumento de los precios de los alimentos y la energía”.
El llamado de Guterres llegó en su discurso más urgente y sombrío hasta la fecha sobre el estado del planeta y la voluntad de los gobiernos de cambiar de rumbo. El lacerante discurso, pronunciado en la sede de la ONU en Nueva York, se hace eco de los llamados de los activistas y de la Unión Europea para gravar a las principales empresas de petróleo y gas que actualmente disfrutan de ganancias récord tras la invasión rusa de Ucrania.
En julio, Exxon anunció que había obtenido una ganancia trimestral récord de 17.8 mil millones de dólares, mientras que Chevron reveló su propia ganancia récord de tres meses, de 11.6 mil millones. Mientras tanto, BP obtuvo una ganancia de 8,500 millones de dólares en el mismo período.
