Bruselas, Bélgica. – (Agencias) Europa enfrenta la peor sequía en las últimas décadas o desde que se tiene registro, afectando tanto a los hogares, empresas y a la agricultura, que, de acuerdo con los expertos, con los inviernos más secos y los veranos más abrazadores alimentados por el cambio climático, la escasez de agua será la “nueva realidad”.
De acuerdo con el Observatorio Europeo de Sequía de la Unión Europea (UE), el 45% del territorio de los países comunitarios se encuentran bajo advertencia de sequía desde mediados del pasado mes de julio, y el 15% ya se encontraban en alerta roja, por lo que la Comisión Europea declaró la crisis en varias regiones.
Las condiciones climáticas se han deteriorado desde que las repentinas olas de calor extremos han golpeado el continente. Francia se encuentra en la peor sequía desde que comenzaron los registros en 1958, según informó el Météo-France, el Meteorológico de Francia, lo que obligo a la primer ministra, Elisabeth Borne, a activar una unidad de crisis para enfrentarla.
Por su parte, el ministro de Transición Verde, Christophe Béchu, informó que más de 100 municipios no tienen agua potable y son surtidos a través de camiones cisterna. “Vamos a tener que acostumbrarnos a episodios de este tipo. La adaptación ya no es una opción, es una obligación”.
Las restricciones de agua, incluidas las mangueras y la prohibición de riego, están vigentes en 93 de los 96 departamentos continentales del país, con 62 clasificados de “críticos”, después de que se registró la humedad del suelo superficial más baja jamás registrada y con el 85% más bajo de lo habitual de las lluvias de julio. En medio del aumento de precios de los alimentos empujados por la guerra de Ucrania, el ministro de Agricultura de Francia advirtió que la cosecha de maíz de esta temporada será el 18% menos que la del año pasado. Además, las organizaciones de agricultores han dicho que la escasez de forraje para ganado por la sequía podría provocar a su vez gran escasez de leche en otoño e invierno.
Por su parte, la empresa de energía eléctrica más grande con intervención estatal, EDF, se vio obligada la semana pasada a reducir su producción de uno de sus reactores nucleares debido a la alta temperatura del agua del río Garona, advirtiendo de similares acciones a los reactores a lo largo del Ródano.
La sequía ha llevado a las reservas de agua de España a un 40%, en los mínimos históricos, y con una caída de un 1.5% por semana debido a una combinación entre el aumento de consumo y una evaporización, de acuerdo con el gobierno, que ha calificado a la sequía como la peor en 60 años. De las esperadas precipitaciones para esta temporada, el país ha recibido la mitad en los últimos tres meses. Las restricciones vigentes van desde Cataluña en el noreste hasta Galicia en el noroeste, así desde Extremadura en el oeste hasta Andalucía en sur.
La mayoría de las restricciones se han aplicado a los hogares, mientras que las autoridades rurales dejan de frenar la explotación frecuentemente ilegal de los agricultores de un recurso cada vez más escaso a pesar de que la agricultura representa un 82% del consumo de agua, mientras que el consumo del hogar representa el 12.8%.
El turismo ha renacido después de la pandemia, lo que ha aumentado el consumo de hasta el 10% en ciudades como Barcelona, donde si no llueve pronto, y no se prevé que suceda, es probable que se impongan restricciones el próximo mes. “Los estudios de cambio climático advierten que las sequías van a ser más intensas, más frecuentes y prolongadas”, dijo Nuria Hernández-Mora, cofundadora de New Water Culture. “Esta va a ser la nueva normalidad y, sin embargo, seguimos aprobando el mayor uso de un recurso que no tenemos y que cada vez escasea”.
Para Luca Mercalli, presidente de la Sociedad Meteorológica Italiana, este año, también en Italia se ha convertido en el más seco desde que se llevan los registros. “Ningún dato similar en los últimos 230 años se compara con la sequía y el calor que estamos viviendo este año. Luego hemos tenido tormentas… Estos episodios están creciendo en frecuencia e intensidad, exactamente como pronostican los informes climáticos de los últimos 30 años. ¿Por qué seguimos esperando para hacer de esto una prioridad?”.
Una clara imagen del terrible efecto de la sequía en el país es la del río Po seco. El caudal de la vía fluvial más larga de Italia se ha reducido a una decima parte de la cifra habitual, mientras que sus niveles de agua está dos metros más debajo de lo normal. Se ha declarado emergencia por sequía a cinco regiones del norte, racionando desde principios del pasado mes de julio el agua potable. Los pueblos alrededor del lago Maggiore están siendo abastecidos con camiones.
La amenaza sobre el famoso arroz para el risotto de la región del Po, que representa el 40% de la producción agrícola de Italia, es grave después de que desde el pasado noviembre no caen lluvias sostenidas en la región. A medida que se secan los arrozales y se vuelen más salados, debido al nivel del agua dulce que está permitiendo la entrada del agua salda del mar, los productores han advertido que se puede perder hasta el 60% de la cosecha.
Alemania sufre mientras el río Rin se seca. El agua de esta principal vía fluvial del noroeste de Europa, que se utiliza para transportar petróleo, gasolina, carbón y otras materias primas, que conecta el corazón industrial de Alemania con los principales puertos de Róterdam y Amberes, han caído a niveles peligrosos. El lunes, el nivel del río era ya más bajo que el mismo punto en el año 2018, cuando una severa sequía detuvo el transporte de mercancías durante 132 días. Algunas embarcaciones están cargando solo el 25% de su capacidad para evitar encallar, lo que ha aumentado el costo del flete.
Esto presenta un panorama critico ahora que debe transportarse el carbón a las resucitadas platas de generación de electricidad que el canciller Olaf Scholz ha reactivado como medida para contrarrestar la falta del gas ruso, que forma parte de los efectos producidos por las sanciones a Rusia debido a su operación especial militar en Ucrania.
En Berlín, la capital, las autoridades han registrado fuertes descensos de agua de los numerosos lagos alimentados por el río Spree. En Núremberg, la ciudad sureña, riega sus arboles secos con e agua de las piscinas municipales que se encuentran cerradas como medida de ahorro de combustible.
El efecto negativo de la sequía en Suiza ha sido para la importante industria láctea. Los pastizales de las montañas más altas, generalmente usadas para pastoreo de ganado, se han secado lo que ha obligado a las autoridades de Friburgo, Jura y Neuchâtel a permitir el pastoreo en pastos no dedicados para el ganado hasta el próximo septiembre para sustituir el alimento fundamental para famoso ganado.
Dominique de Buman, presidente de la cooperativa de elaboración de queso de Friburgo, dijo al periódico le Temps que es probable que la producción de queso y leche se vea afectada. “Se puede predecir una caída e incluso podemos terminar con una escasez de gruyère”, dijo.
Los científicos han dicho que el colapso del clima pronto podría provocar que las sequías de verano se vuelvan frecuentes en Europa occidental, con eventos de calor extremo que alguna vez ocurrieron una vez cada década ocurriendo cada dos o tres años, a menos que los gobiernos de todo el mundo reduzcan radicalmente las emisiones de carbón.
