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A 100 años de la Masacre de Tulsa, la riqueza despojada a los «negros»

Cada generación de afroamericanos está obligada a empezar de cero, con la carga de ser “negro” en los Estados Unidos

Tulsa, Oklahoma. – (Agencias) Ernestine Alpha Gibbs regresó a la Iglesia Episcopal Metodista Africana (AME) de Vernon, en Tulsa, Oklahoma, un domingo reciente. Pero no su cuerpo, había fallecido hacía 18 años a los 100 años de edad,

Ese día, tres generaciones de Ernestine la trajeron de vuelta a este lugar que significaba mucho para ella. Un lugar que, como Ernestine, era un sobreviviente de una atrocidad de mucho tiempo atrás.

Ernestina Alpha Gibbs (Foto AP)

Después de que su comunidad fuera arrasada por una turba de hombres blancos el 31 de mayo de 1921, después de los disparos, el incendio y los saqueos, la estudiante de secundaria huyó de Tulsa.

No fue fácil para la familia de Ernestine. La “Tulsa Negra” no se ha recuperado de la devastación y el genocidio que tuvo lugar hace 100 años, de acuerdo con Aaron Morrison de The Post.

La casi totalidad de las construcciones de Greenwood fueron destruidas por una turba de blancos. La legendaria Black Wall Street fue arrasada, lo mismo que la iglesia AME de Vernon.

Remembering Black Wall Street: Ways to invest in Tulsa and champion Black  businesses - CNN

De acuerdo con The Washington Post, el genocidio de Tulsa es una cruda muestra de cómo la riqueza afroamericana ha sido debilitada, perseguida y destruida una y otra vez por el racismo y la violencia racista que perdura.

Cada generación de afroamericanos está obligada a empezar de cero, con la carga de ser “negro” en los Estados Unidos. Todo a la sombra de un paraíso negro desaparecido.

Jim Goodwin, editor del Oklahoma Eagle, un periódico afroamericano local establecido un año después de la masacre, dijo que “Greenwood demostró que si tenías activos, podías acumular riquezas”.

This Newspaper Has Never Forgotten The 1921 Tulsa Race Massacre — And Its  Fight Continues | The Oklahoma Eagle
Jim Goodwin

A tan solo un par de generaciones alejadas de la esclavitud, la “prosperidad negra” sin restricciones en Estados Unidos era una leyenda urbana. Sin embargo, el distrito de Greenwood estaba lejos de ser una leyenda.

Como en todos lados, los afroamericanos tenían trabajo como sirvientes de familias en el lado blanco de Tulsa. Muchos se quedaban en los cuartos separados para sirvientes de lunes a viernes.

Otros trabajaban como limpiabotas, choferes, porteros, botones en hoteles de gran altura, bancos y torres de oficinas en el centro de Tulsa, donde los hombres blancos dueños del petróleo hacían sus fortunas, eran reyes.

Examining Tulsa's Greater Sin: from the Massacre through today. -  BeyondBelief

Sin embargo, los trabajadores afroamericanos gastaron sus ganancias en una ciudad bulliciosa y en auge dentro de otra ciudad, en Black Wall Street de Greenwood, o “Little África” como lo llamaban los blancos de manera despectiva.

Supermercados de propiedad de afroamericanos, fuentes de soda, cafeterías, barberías, una sala de cine, locales de música, tabaquerías, billares, tintorerías y sastres, casas y habitaciones de alquiler, Greenwood lo tenía todo.

De acuerdo con un informe de 2001, de la Comisión de Oklahoma creada para investigar los hechos de la masacre de Tulsa, el distrito de Greenwood tenía 15 médicos, un quiropráctico, dos dentistas, tres abogados, una biblioteca, dos escuelas, un hospital, dos periódicos afroamericanos. y un banco.

The Rise and Fall of Black Wall Street - The Atlantic

Todo comenzó por una nota sensacionalista del periódico Tulsa Tribune, propiedad de blancos, el 31 de mayo de 1921. La nota informaba de una supuesta agresión a una chica blanca de 17 años, Sarah Page, que trabajaba como elevadorista, por un joven negro limpiabotas de 19 años, Dick Rowland.

“Arrestan a negro por atacar a la chica del ascensor”, se leía en la cabeza de la nota. El editor; Richard Lloyd Jones, era un fiel admirador del Ku Klux Klan , y les dedicó un editorial ensalzando su trabajo en la defensa de la “supremacía blanca en los asuntos sociales, políticos y gubernamentales de la Nación”.

No apology' | | tulsapeople.com

Hay quienes afirman que las cosas no fueron tan espontáneas, escribe Morrison. Se dice que se tenía planeada la expulsión de los afroamericanos lejos de la comunidad blanca de Tulsa.

Entre el 31 de mayo y el 1 de junio, durante 18 horas, las milicias blancas, que superaban ampliamente a los afroamericanos, arrasaron Greenwood.

Testigos dijeron que escucharon aviones bombardeando el distrito, contra las casas y la gente, de manera indiscriminada. Temprano en la mañana del 1 de junio, Greenwood fue saqueado y quemado por alborotadores blancos.

Más de 35 manzanas fueron arrasadas, se estima que 191 negocios fueron destruidos y, aproximadamente, 10,000 afroamericanos fueron desplazados de sus hogares donde habían vivido, jugado y prosperado.

Aunque el estado declaró que la cifra de muertos por la masacre era de sólo 36 personas, la mayoría de los historiadores y expertos que han estudiado el acontecimiento estiman que la cifra de muertos es de más de 300.

Las víctimas fueron enterradas en tumbas sin marcar que, hasta el día de hoy, están siendo buscadas para su entierro adecuado.

The history of the Tulsa race massacre that destroyed America's wealthiest  black neighborhood | by Meagan Day | Timeline

Las agencias de seguros se negaron a pagar las reclamaciones de los afroamericanos afectados por los incendios, un estimado de 1.8 millones de dólares, unos 27.3 millones a precios actuales.

Ninguna persona blanca ha sido encarcelada por participar en la masacre, y ningún sobreviviente o descendiente negro ha sido justamente compensado por quién y qué perdieron.

«Lo que sucedió en Tulsa no fue sólo exclusivo de Tulsa», dijo el Reverendo Robert Turner, el pastor de la iglesia de Vernon AME.

Tulsa pastor shares thoughts before Race Massacre grave search report  release | KTUL

«Esto sucedió en todo el país. Era sólo que Tulsa era el más grande. Dañó nuestra comunidad. Y no hemos repuntado desde entonces. Creo que ya es hora de que se haga justicia para expiar eso».