Washington, D.C. – (Agencias) Los aumentos de la gasolina es uno de los renglones que más ha golpeado en los últimos meses la economía de los estadounidenses y se ve un panorama obscuro en lo inmediato, de acuerdo con el diario estadounidense The Washington Post.
El precio promedio de un galón de gasolina en todo el país llegó a 4.37 dólares el martes (casi 100 pesos mexicanos), el precio más alto que la American Automobile Association (AAA) ha registrado desde el año 2000 que comenzó a realizar un seguimiento de los precios. En California, toda vía es 1.47 dólar más alto que eso.
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Este no es el precio de la gasolina más caro registrado, una vez que se ajusta a la inflación, pero el aumento se produce a pesar de que Biden ordenó el uso de un millón de barriles por día de la Reserva Estratégica de Petróleo hace poco más de un mes. La decisión de la administración de permitir que más etanol ingrese al suministro de combustible del país tampoco ha brindado mucho alivio a los consumidores.
“Las herramientas que el gobierno federal puede usar para influir en los precios son limitadas”, dijo Devin Gladden, gerente de asuntos federales de AAA. “Ya están usando casi toda la caja de herramientas”.
De acuerdo con Gladden, el aumento de este mes es en gran parte una respuesta al anunció de la Unión Europea (UE) de que, con algunas excepciones, pretender detener todas las importaciones del petróleo ruso para fin de año por la invasión a Ucrania. El movimiento europeo tiene un mayor impacto en los mercados mundiales que cualquier otra medida a corto plazo que Biden pueda establecer para mitigar los altos precios de la gasolina.
Probablemente se tenga un respiro los próximos días después de que, a principio de la semana, los precios del crudo cayeron, aunque de acuerdo con los expertos, pasara mucho tiempo para que los precios bajen significativamente. Como mínimo, prevén los analistas, puede ser que este verano sea largo para los conductores que enfrentarán precios altos de la gasolina.
“Nadie tiene idea de cuánto durará esta guerra o cuán largo y profundo será su impacto energético global”, dijo Edward Chow, un académico de seguridad energética del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales que trabajó en la industria petrolera durante décadas.
La reorganización del mapa global de exportaciones de petróleo podría llevar a Estados Unidos a enfrentar a tipo de precios elevados y prologados que soportó durante el embargo de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) a principio de la década de 1970 y la revolución iraní que siguió en esa década.
«Bien puede ser más grande y duradero», dijo, y agregó sobre Rusia: «Simplemente no se puede sacar del tablero al país que fue el mayor exportador combinado de petróleo y gas del mundo sin un gran impacto».
La crisis se agrava para Estados Unidos por la pandemia, durante la cual la demanda cayó tan bajo al principio, que el precio del petróleo se cotizaba a 1 dólares el barril. Combinado con la incertidumbre del mercado internacional por la decisión de Estados Unidos y la Unión Europea de apresurar la transición de los combustibles fósiles, lo que ha dejado a las petroleras con poco estimulo para invertir en nuevas y costosa infraestructura para perforación. Este tipo de cosas no se recuperan en días o semanas.
El problema no es que fluya mas petróleo como lo comentan Evan Halper, Jeff Stein y Raquel Siegel, reporteros de la fuente de economía y transición de energías de The Washington Post. Para Kevin Book, director gerente de ClearView Energy Partners, la capacidad para refinar de Estados Unidos ha disminuido a medida que son remplazados los equipos viejos, sucios y menos eficientes por equipo de refinación más actualizados. La capacidad de refinación del país es considerablemente menor que su punto máximo, dijo.
“Lleva años construir nuevas refinerías y años expandir las existentes”, dijo Book. “Veremos más capacidad en el mundo. Simplemente no aquí, ahora mismo”.
