Federico Granell ama el bosque sombrío, por Miguel Ángel Gómez
Federico Granell ama el bosque sombrío como Walt Whitman amaba el susurro de hojas tiernas. En Para iluminar un bosque abre la verja sin ruido de entrada y nos ceñimos a sus paneles como cuerdas onduladas. Hay lámparas que salen un momento de su vacío para integrarse en su núcleo-mural e iluminarnos...