Quito, Ecuador. – (Agencias)Pasado el mediodía, se dio la alerta en los exteriores de la cárcel El Inca, ubicada en un sector densamente poblado al norte de Quito, la capital de Ecuador. Mientras helicópteros de la Policía Nacional de Ecuador sobrevolaban la prisión, las ambulancias entraban para recoger a los muertos y heridos.
En esta nueva masacre en un prisión, al menos 10 presos fueron asesinados, de acuerdo con el último reporte del Servicio Nacional de Personas Privadas de Libertad (SNAI). De acuerdo con el gobierno de Guillermo Lasso, la masacre fue la respuesta por el operativo llevado a cabo en la madrugada del 18 de noviembre pasado para trasladar a Jonathan Bermúdez, alias “El Primo”, a la cárcel de La Roca, en Guayaquil.
Bermúdez es el líder de “Los Lobos”, una banda delictiva, y se encontraba recluido en El Inca, acusado de dirigir desde ese centro penitenciario crímenes violentos en las calles y motines en las cárceles anteriores. También fueron trasladados otros tres peligrosos delincuentes, que habrían dirigido la masacre en el Inca, y al líder de la banca R7, alias “Anchundia”, a quien las autoridades señalan como el autor intelectual de la masacre de 44 presos en pasado 9 de mayo en el motín de la cárcel de Bellavista, en la provincia de Santo Domingo.
Anchundia había logrado que los sacaran de La Roca con argucias judiciales a través de una medida cautelar que le concedió un juez para regresarlo a Buenavista. “Tras los hechos registrados, grupos tácticos de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas ingresaron al centro para retomar el control”, informó el SNAI.
La prisión de La Roca fue construida como una cárcel de máxima seguridad en 2008 en medios de pugnas entre el exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, y el gobierno de Rafael Correa. Finalmente fue entregada para su administración al Ministerio de Justicia en 2010. Pero solo funcionó hasta 2013 cuando 19 presos se escaparon demostrando la vulnerabilidad de la prisión.
El edificio permaneció cerrado hasta hace un año, cuando el Gobierno anunció que haría remodelaciones para enviar a los presos peligrosos que están en otras cárceles y aislar a quienes dirigen las masacres. Se supone que dentro de La Roca los internos deben permanecer 23 horas dentro de su celda y solo una hora al día en un pequeño patio, incomunicados, mientras son vigilados por policías de unidades de élite.
La crisis carcelaria en el Ecuador ha dejado ya 413 presos muertos en 15 masacres que se han producido desde febrero de 2021.
