CulturaLado B

La música del escritor

El festín durante la peste. Es una historia oscura que dibujaba los excesos y las costumbres de la sociedad rusa, El escenario enfermizo dibuja la vida de un grupo de amigos, que viven el dolor y la muerte de una forma poco ortodoxa. Sus personajes se la pasaban alcoholizados para huir de la realidad. Figurativamente es como si dos ángeles te acompañaran, uno bueno y otro malo (dos voces tentadoras), cada persona tiene la libertad de tomar su propia decisión.

El disparo. Narraba la vida de Silvio, un oficial retirado del ejército que vivía humildemente. Apenas sobrevivía y vestía con saco negro. Tenía la afición y el gusto de dispararle a las paredes. Su hogar era como un panal por la cantidad excesiva de disparos incrustados. Su vida giraba en borracheras y en el juego de naipes. En una ocasión tuvo una discusión con un joven militar y en lugar de batirse en un duelo como era costumbre. Decide no poner en riesgo la vida a pesar de ser un gatillero reconocido.

Un militar que era amigo de Silvio y que había ganado su confianza decidía acatarrarlo de preguntas. Le contaba que una carta hizo que modificara sus planes. Confesaba que hace seis años había recibido una bofetada y su ofensor aún vivía. Que ese infeliz era un aristócrata, que poseía dinero y mujeres. Que sentía envidia por el brillo del muchacho, pero aquella discusión desencadenaría un duelo. Llegándose la fecha y en pleno combate, el chaval casi le arrancaba la vida, pero su disparo daba en la gorra. Le contaba que ese día quería perdonándole la vida, por esa razón se había retirado del ejército y vivía desde entonces en dicho pueblo. Que la carta que leía era sobre el futuro matrimonio de dicho noble y acudiría a buscarlo para saldar la deuda.

La historia iba tejiendo las aventuras de Silvio y Pushkin ponía en juego las emociones de los lectores y sus personajes enfrentan problemas. Armonizaba musicalmente sus cuentos y jugaba con el misterio, eso le hacía ganar. El civismo del ruso era intachable y en esa época el honor no estaba en juego. Hace unos meses encontraba con tres cuentos de Pushkin, uno de ellos hablaba sobre el pianista Wolfgang Amadeus Mozart. Era un homenaje a la música que armoniza los sentidos. Imaginariamente era escuchar Las bodas de Fígaro, obra mozartiana que ponía a volar evocaciones y melodramas.